Para entender nuestro futuro (corto, mediano y largo plazos) es importante entender primero nuestro presente y pasado, y poder identificar las tendencias que podrían definir el retorno de los diferentes tipos de activos en nuestras inversiones. En este sentido, entre el análisis fundamental (macro, sectorial, individual de riesgos y oportunidades) y el análisis técnico (de tendencias y de probabilidades entre precios, liquidez y mercados), los inversionistas están tratando de cerrar un complicado 2015 y también buscando las inversiones ganadoras del 2016.
En esta línea, el 2015 ha dejado muchas heridas, en particular entre los inversionistas en commodities (minerales, petróleo, energía y granos), en los mercados de divisas (el dólar se fortaleció contra todas las monedas) y en acciones y bonos de los mercados emergentes (que fueron golpeados duramente por la desaceleración económica, la caída de la inversión privada y de los términos de intercambio, el retiro de flujos de capitales y un creciente pesimismo entre los inversionistas internacionales).
En Latinoamérica, luego de muchos años el PBI regional cerrará en territorio negativo arrastrado principalmente por la crisis económica de Brasil (se estima que caerá este año más de -3% y el 2016, otro -2%) lo que, por efecto contagio también nos está y continuará afectando.
Sin embargo, a pesar del agravamiento del contexto global para los emergentes, que continuará con vientos en contra muy duros el año que viene, los países de la Alianza del Pacífico (Chile, Colombia, México y el Perú) creceremos este año que finaliza un promedio de 2.3%, estando el Perú como líder con alrededor de 2.7% . Desde esta misma perspectiva macro, el consenso de los analistas pronostica que el 2016 será un poco mejor para todos los países emergentes, que se presentará un rebote y que en nuestra región el Perú continuará liderando con un crecimiento esperado de 3.4%.
Desde la perspectiva negativa tenemos la desaceleración de China (cuyo PBI podría crecer debajo de 6%), la subida de las tasas de interés del dólar (el 2016 la tasa FED podría subir del 0.5% actual a 1.25% o más) y su fortalecimiento como divisa (el Perú podría llegar a S/.3.5 – S/. 3.6), la reducción de los flujos de capital (se observa un ajuste en las hojas de balances de multinacionales y bancos y de carteras de inversión de inversionistas institucionales cuyo proceso continuará el 2016) y que la desaceleración económica de los países emergentes continúe.
En este escenario, el gobierno y particularmente el Congreso deben actuar de manera prudente (sin caer en el populismo electoral) generando la confianza necesaria para tener una transición democrática sana y sin sobresaltos. Asimismo, los candidatos y sus equipos económicos deben crear consensos que eviten la incertidumbre y generen confianza sobre un buen manejo económico. Y a los inversionistas, según su perfil de riesgo, les recomiendo no solo invertir en activos de países desarrollados sino también buscar oportunidades en la fuerte corrección de precios de acciones, bonos y activos inmobiliarios en mercados emergentes, especialmente nuestro Perú.
Fuente: Diario El Comercio – Portafolio